Alzira bajo un cielo encendido. Tras un 2025 agitado, las cifras invitan a mirar más allá del paisaje.
Alzira, una ciudad con un ritmo de vida tranquilo en la comarca de la Ribera Alta valenciana, solía verse como una localidad con niveles de criminalidad moderados. Pero al analizar los últimos datos oficiales disponibles del Ministerio del Interior recopilados por EPData, la imagen que emerge del 2025 no es tan sencilla. Las infracciones penales acumuladas hasta el tercer trimestre muestran una tendencia al alza que merece un análisis detallado (a falta de conocer los datos oficiales del último trimestre).
El mayor dato que salta a la vista en Alzira este año es el aumento sostenido del número total de delitos registrados. Hasta el tercer trimestre de 2025 se han contabilizado 2.294 infracciones penales, comparado con 2.082 en el mismo periodo de 2024 y 2.032 en 2023. Este crecimiento no es pequeño ni casual: refleja que cada año se denuncian más hechos que vulneran la ley.
Esta tendencia es especialmente llamativa si se observa en perspectiva con años anteriores, donde Alzira tenía cifras más moderadas. El gráfico de evolución de infracciones penales revela una curva ascendente clara desde 2021, lo que sugiere que los patrones delictivos cambian con el paso del tiempo y que la percepción de seguridad ciudadana puede no coincidir con la realidad estadística.
Además, hay que considerar que estos datos solo cubren hasta el tercer trimestre de 2025, por lo que la cifra final del año podría ser incluso mayor. Esto obliga a leer las estadísticas con cautela, pero también con atención, porque el crecimiento no parece ser una fluctuación aislada.
Si hay un tipo de infracción que domina la estadística de Alzira es el de los hurtos. En 2025 se registraron 495 casos hasta el tercer trimestre, mientras que en 2024 hubo 409 y en 2023 llegaron a 471. Esta categoría abarca delitos sin violencia en los que se sustraen bienes sin autorización, como carteras, móviles u objetos de tiendas y espacios públicos.
El aumento de hurtos puede tener varias interpretaciones. Puede reflejar una mayor incidencia de actos oportunistas, pero también una mayor disposición de la ciudadanía a denunciar este tipo de delitos, algo que no siempre ocurre. En cualquier caso, su volumen elevado significa que casi uno de cada cinco delitos registrados en Alzira es un hurto, lo que influencia notablemente el total anual.
Para muchos vecinos, los hurtos son los delitos que más impacto directo tienen en la vida cotidiana, porque pueden ocurrir al salir del trabajo, al hacer la compra o simplemente durante un descuido. Aunque no impliquen violencia física, su frecuencia puede generar sensación de inseguridad más que otros delitos menos frecuentes pero más graves.
Otra categoría que merece atención en 2025 son los robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones. En los primeros tres trimestres del año se registraron 194 casos, una cifra inferior a los 244 de 2024, pero aún alta si se compara con los años previos. Esto sugiere que, aunque haya una tendencia a la baja en este tipo específico de robos, sigue siendo relevante para los residentes y comerciantes de Alzira.
En cuanto a los robos con violencia e intimidación, se observó un incremento notable en 2025: se contabilizaron 45 casos, frente a los 36 de 2024 y los 29 de 2023. Aunque este tipo de delito no es tan numeroso como los hurtos, su impacto emocional y social suele ser mayor, porque involucra confrontación directa con las víctimas, generación de miedo y potenciales daños físicos o psicológicos.
Estos números reflejan que, aunque algunos delitos ligados a la fuerza han disminuido, otros con elementos intimidatorios o agresivos están en aumento, lo que plantea preguntas tanto para las autoridades como para la comunidad en cuanto a prevención y políticas de seguridad.
En el apartado de delitos más graves, Alzira presenta cifras relativamente bajas, pero significativas. En 2025 se registró una agresión sexual con penetración hasta el tercer trimestre, mientras que en 2024 no hubo casos y en 2023 se reportaron cuatro. Aunque una cifra baja puede parecer tranquilizadora en términos absolutos, cada caso de este tipo representa un fracaso social y una llamada de atención sobre la necesidad de políticas de prevención y apoyo a las víctimas.
En lo que respecta a los homicidios dolosos y asesinatos consumados, 2025 no ha registrado ninguno hasta el tercer trimestre. Esto no significa que no existan preocupaciones de seguridad, pero sí que los delitos más extremos de violencia letal no han formado parte de la estadística en este periodo del año, lo que puede ser un alivio comparado con el aumento de otros tipos de infracciones.
No obstante, cualquier delito sexual grave merece atención constante y campañas de sensibilización, especialmente en una comunidad donde la visibilidad de estos hechos puede influir en cómo se percibe la seguridad general.
La sustracción de vehículos en Alzira también figura en los datos de 2025 con 19 casos registrados, una cifra superior a los 10 de 2024 y los 15 de 2023. Si bien no es una de las categorías más numerosas, el robo de coches o motocicletas tiene repercusiones económicas y de movilidad para los afectados, especialmente en una ciudad donde muchos depender del transporte propio para desplazarse.
Los delitos relacionados con el tráfico de drogas también han aumentado en 2025, con 14 casos frente a los 11 del año anterior y 20 en 2023. Este tipo de infracciones suele vincularse a contextos sociales más complejos y no siempre se denuncia o detecta con facilidad, por lo que cualquier variación al alza o a la baja merece ser contextualizada en relación con el resto del tejido social y policial.
Estos datos complementan la visión general de las infracciones en Alzira: no solo se trata de hurtos o robos, sino de un espectro amplio de delitos que afectan de distintas maneras a la comunidad y que, en conjunto, conforman la radiografía de un año que plantea retos de seguridad y convivencia.
Una de las gráficas más reveladoras de este análisis es la comparación entre Alzira y otras capitales en términos de infracciones por cada 1.000 habitantes. En esa comparación, Alzira aparece con niveles de criminalidad que se acercan o incluso igualan, en algunos casos, a los de ciudades mucho más pobladas como Madrid o Barcelona. Esto no quiere decir que la experiencia diaria de inseguridad sea la misma, pero sí que, proporcionalmente, las cifras sitúan a Alzira en una posición inesperada para una ciudad de su tamaño.
Este dato comparativo rompe con la narrativa tradicional de que las grandes cifras de delitos solo ocurren en ciudades grandes. En Alzira, la tasa de delitos por habitante nos obliga a reconsiderar cómo interpretamos las estadísticas locales: no basta con mirar el número absoluto, sino cómo estos datos se traducen en experiencia de vida para sus vecinos.
Además, esta comparación pone de relieve que las dinámicas delictivas no son propiedades exclusivas de grandes núcleos urbanos, sino que pueden manifestarse también en ciudades medianas en crecimiento, como es el caso de Alzira.
Al hacer balance de 2025, Alzira queda retratada como una ciudad donde la seguridad no es una cuestión estática, sino un fenómeno dinámico que cambia con el tiempo. El aumento de infracciones totales, el incremento de hurtos y robos violentos, y las tasas comparativas frente a otras ciudades sitúan a Alzira en un contexto que merece ser discutido y analizado más allá de los números.
Leer los datos con atención y ponerlos en perspectiva permite entender que la percepción de tranquilidad puede diferir de la realidad estadística. Al mismo tiempo, estos datos ofrecen una oportunidad para que las autoridades locales, los cuerpos de seguridad y la propia ciudadanía reflexionen sobre medidas de prevención, educación y denuncia que puedan contrarrestar estas tendencias.
Alzira afronta un 2025 con retos en materia de convivencia y seguridad, y cerrar el año invita a todos los actores implicados a trabajar por un futuro donde las cifras no solo se estabilicen, sino que mejoren de manera palpable para toda la comunidad.
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