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Denuncian el descontrol diario en los accesos al Lluís Vives

Imagen compartida en redes sociales.

La acumulación de vehículos en doble fila impide el paso a peatones y bloquea la circulación cada mañana en hora escolar

Las escenas de caos de tráfico y falta de civismo en los alrededores del Lluís Vives se han convertido en una rutina diaria para quienes transitan por la zona. Esta semana, una publicación en redes sociales ha reavivado el malestar vecinal, denunciando la situación con dureza: coches mal estacionados, doble fila generalizada y pasos de peatones intransitables justo a la hora de entrada escolar.

Una imagen habitual

La fotografía que acompaña a la denuncia muestra una fila de vehículos bloqueando la calzada en plena lluvia, dificultando tanto el paso de peatones como el tránsito fluido de otros conductores. Según la queja, publicada por una usuaria en un grupo vecinal, esta situación se repite “todos los días igual”, y califica el comportamiento de algunos padres como “una vergüenza”.

“Si así son los padres, los críos ni me imagino”, expresa el mensaje, visiblemente molesto por la falta de respeto a las normas básicas de convivencia. La publicación critica además la falta de voluntad para caminar unos metros más y evitar ese colapso, ironizando con que “no sea cosa que se hernien”.

Imagen compartida en redes sociales.

Respuestas divididas entre vecinos

La publicación ha generado decenas de comentarios, y aunque muchos comparten la indignación, otros han optado por responder con resignación, sugiriendo alternativas como salir de casa con más antelación o tener “un poco más de paciencia”.

Este tipo de respuestas ha alimentado el debate sobre el equilibrio entre comprensión y responsabilidad cívica, especialmente en contextos donde confluyen niños, tráfico y falta de espacio.

Algunos vecinos, por su parte, reclaman una mayor presencia policial en los momentos clave de entrada y salida escolar, o la colocación de señales que disuadan de estacionar en doble fila. La falta de vigilancia, coinciden varios, deja la situación al libre albedrío, con las consecuencias que se repiten a diario.

Una solución que no llega

El caso de Lluís Vives no es único, y pone sobre la mesa una problemática común a muchos centros educativos: la congestión de tráfico escolar en barrios donde las infraestructuras no están preparadas para absorber ese volumen de vehículos en franjas tan concretas del día.

Mientras tanto, los residentes y conductores que pasan por la zona piden más responsabilidad individual, y sobre todo, que no se normalice una conducta que, además de generar molestias, pone en riesgo a los más vulnerables: los peatones.


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