Inicio Economía El Gobierno no presenta presupuesto y Felipe González lo considera inconstitucional

El Gobierno no presenta presupuesto y Felipe González lo considera inconstitucional

Felipe González durante su intervención en el Foro Global Sur, en Arrecife.

A sus 83 años, el expresidente del Gobierno español entre 1982 y 1996, Felipe González, no ha perdido ni un ápice de la socarronería que le caracterizó. Tampoco anda flojo de capacidad de análisis político.

Tanto es que se refiera al panorama nacional como que se pronuncie sobre la geopolítica internacional.

Así lo apreciaron los casi dos centenares de asistentes que se congregaron en el Castillo de San José de Arrecife (Lanzarote) para escuchar el diálogo organizado por el grupo local de comunicación Lanzarote Media con el histórico dirigente socialista.

Acompañado de las autoridades insulares y de la capital, González arrancó infinidad de titulares en su intervención, logró esbozar muchas sonrisas y cosechó una salva de aplausos final que medía la entrega de un público formado por representantes de la sociedad civil conejera que acudieron al encuentro de Foro Global Sur.

“Nunca usé La Mareta”

Comenzó el expresidente con un chascarrillo. Se refirió a las múltiples veces que los medios de comunicación han publicado que fue uno de los inquilinos de la casa vacacional propiedad del Estado en la isla.

“Nunca usé La Mareta” sentenció, para aclarar que no fue su lugar de asueto mientras ejerció el cargo. Solo en una ocasión mantuvo allí una reunión bilateral con el antiguo canciller alemán Helmut Kohl.

Aclarada la cuestión, que le distancia también de sus homólogos socialistas José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez, el veterano socialista se adentró por la narración de los peligros que se ciernen sobre la sociedad actual.

Estamos en la geopolítica del caos repitió como un mantra. Fue más incluso cuando se atrevió a decir que la democracia no garantiza un buen gobierno. “Sólo garantiza que si lo hacen muy mal puedas cambiarlo”.

Ingenieros del caos

“La democracia –se atrevió a vaticinar— está en riesgo. La ponen en riesgo personajes como [Donald] Trump”. A su juicio, el mundo ha regresado al siglo XIX: “Hemos vuelto a los imperios”.

Entre las amenazas de líderes mundiales caudillistas también deslizó lo que considera un peligro de idéntica dimensión: “Son los ingenieros del caos”. Se refería así de manera elíptica a quienes controlan hoy en el mundo desde la puerta trasera los estados de opinión y los movimientos diplomáticos.

Europa como preocupación –“la UE fue mi proyecto vital”, llegó a reconocer— apareció en diferentes fases de su intervención ante un auditorio entregado. Por ejemplo, al referirse a las nuevas tecnologías y a sus controladores. “No hay ninguna empresa europea de big data. No somos propietarios de esa data”.

Putin se ríe de Trump

Mientras repasaba el conflicto entre Rusia y Ucrania, el expresidente González se refirió de manera explícita al peligro que supone para la UE un liderazgo como el del presidente ruso, Vladimir Putin. “Se está riendo de Trump todo el tiempo”, dijo.

De hecho, de su discurso se desprendía que el único líder europeo que ha sido capaz de pararle los pies al ruso ha sido el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. “La UE tiene que hacerse cargo de sí misma”, apostilló.

Cuando se refirió a la política nacional, González intentó demostrar que le afectan poco las críticas que recibe incluso del seno del PSOE por sus actuales posicionamientos políticos. “Los que no son de izquierdas son los que me critican” se atrevió a replicar.

“Algunos olvidan que socialismo es libertad” añadió para ironizar que su motivación política hoy es de “extremo centro”.

Proximidad con la ciudadanía

En ese marco de anécdotas y mensajes a sus correligionarios socialistas explicó que a su edad ha modificado parte de sus posiciones. “Yo me he pasado a ser coherente conmigo mismo –explicó a los asistentes– y a entender los desafíos de la humanidad”.

Felipe González durante su intervención.

Con respecto a quienes le acusan de derechización de sus postulados también fue categórico. Apoyó a Pedro Sánchez y dijo que comparte su apuesta por el plan de paz para Gaza. No fue igual de próximo con la gobernanza interior: “El Gobierno incumple la Constitución al no presentar el presupuesto”.

Pidió que se presenten las cuentas públicas y recordó como en 1996, tras sufrir el rechazo de los presupuestos que había presentado por parte de CiU, convocó unas elecciones que perdió por escaso margen.

Las críticas implícitas a sus compañeros de viaje en el partido que lideró no fueron lacerantes, sino que se contextualizaron en una reflexión filosófica más general. “La condición humana sobrevive a todos los ataques”. En su opinión, la política nacional está cercana “a los que convivieron con Sócrates, Séneca…” Lo que falla, a su juicio, es la posición de los líderes actuales, a los que recomendó “dirigirse de verdad a los ciudadanos, los dirigentes políticos no lo hacen.”


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