El glioblastoma es el tumor cerebral más común y agresivo en adultos, con una esperanza media de vida que no llega a los 15 meses. Una nueva terapia no invasiva, conocida como TTFields (campos eléctricos tumorales), ha demostrado que puede prolongar de forma significativa esa supervivencia. Se aplica ya en más de 15 hospitales públicos españoles y su eficacia está avalada por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y por el Grupo Español de Investigación en Neurooncología (GEINO), por lo que pacientes con cáncer cerebral reclaman un acceso justo a esta terapia.
Sin embargo, no todos los pacientes pueden beneficiarse de esta tecnología. No por razones médicas, sino por vivir en una comunidad autónoma donde aún no está implantada en gran parte de sus centros. Es una realidad que afecta a pacientes de Euskadi, Andalucía, Comunidad Valenciana o Baleares, por mencionar algunas regiones, que ven cómo pacientes con su mismo diagnóstico sí acceden al tratamiento en ciertos hospitales de determinadas regiones, como es el caso de Madrid, Cataluña, Galicia o Castilla-La Mancha.
“Estamos hablando de una terapia sencilla de usar, que no requiere hospitalización, no tiene efectos adversos y puede prolongar significativamente la supervivencia en algunos casos. Y, aun así, se sigue negando a muchos pacientes por una cuestión puramente territorial”, afirmó José Luis Mantas, presidente de la Asociación de Pacientes de Tumores Cerebrales y del Sistema Nervioso Central (ASTUCE Spain).
El dispositivo de TTFields se lleva en una mochila y se conecta a una serie de electrodos colocados en el cuero cabelludo. Emite campos eléctricos de baja intensidad que frenan la división de las células tumorales sin dañar el tejido sano. Su uso es diario y continuo, pero permite al paciente seguir con su vida: no hay ingresos, no hay efectos secundarios, no hay más toxicidad.
Los datos clínicos indican que los pacientes que lo usan más del 90% del tiempo requerido pueden multiplicar por seis sus posibilidades de vivir más de cinco años. Un avance sin precedentes desde que, en 2005, se introdujo el tratamiento estándar basado en cirugía, quimio y radioterapia. “En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, el Hospital Clínico San Carlos ya ha tratado a ocho pacientes con TTFields, y los resultados son muy positivos. Pero en otras regiones seguimos esperando una decisión política o administrativa mientras las semanas pasan”, lamenta Mantas.
ACCESO DESIGUAL
La falta de implantación de TTFields no se debe a que no esté aprobado, ya que está registrado en Europa y España, incluido en la base de datos de tecnologías sanitarias y recomendado por expertos. Tampoco es un problema de coste, según los pacientes. “Los glioblastomas representan solo el 15% de los tumores cerebrales, y estos apenas el 2% de todos los cánceres. El impacto presupuestario sería mínimo”, explican desde ASTUCE Spain. “Y, sin embargo, el beneficio para las familias sería enorme”.
En Andalucía, por ejemplo, donde se estima que se diagnostican unos 160 nuevos casos de glioblastoma al año, ni un solo hospital público ofrece TTFields. La asociación ha solicitado formalmente su incorporación al Servicio Andaluz de Salud, sin respuesta hasta la fecha.
En la Comunidad Valenciana, la situación es similar. “No estamos pidiendo un privilegio, sino una oportunidad. Y el derecho a que la calidad de vida no dependa del mapa autonómico”, insisten desde ASTUCE en representación de los pacientes españoles.
TESTIMONIOS
Es el caso de A. P. O., tuvo que recurrir a una clínica privada en Madrid para que su madre pudiera recibir el tratamiento. “Hemos gastado más de 300.000 euros. No todo el mundo puede hacer eso. Y no deberíamos tener que hacerlo”, denuncia.
La Ley General de Sanidad y la Ley de Cohesión del Sistema Nacional de Salud establecen que todos los ciudadanos deben tener acceso equitativo a los tratamientos disponibles en España. “Cuando una tecnología está aprobada, recomendada y ya se está utilizando en hospitales públicos, impedir su acceso en otras comunidades podría suponer una vulneración de ese derecho”, advierten desde ASTUCE Spain.
Mientras tanto, los pacientes en regiones como Murcia, que ya ha empezado a incorporar TTFields, celebran la decisión. “No cura, pero cambia totalmente las perspectivas. Y, sobre todo, nos da tiempo”, explica una paciente en tratamiento que prefiere no dar su nombre.
OTROS PAÍSES
La implantación desigual contrasta con lo que ocurre en otros países. Francia, Alemania, Italia, Austria, Suecia, Japón o Estados Unidos ya han integrado los TTFields en sus sistemas sanitarios. “España no puede quedarse atrás. Y mucho menos fragmentada por regiones”, apunta ASTUCE Spain.
Desde la asociación ofrecen colaboración técnica y científica para apoyar la evaluación e incorporación de los TTFields allí donde aún no están disponibles. “Tenemos profesionales formados, evidencia clínica, pacientes dispuestos. Lo único que falta es voluntad política”, concluyen.
Porque, como apuntan, en enfermedades como el glioblastoma, “cada semana cuenta”. Y cuando el acceso depende del lugar en que uno vive, no estamos ante un problema sanitario, sino ante un problema de justicia.
Además, desde la asociación, recuerdan que a la desigualdad de acceso se suma “la falta de interés en la investigación en tumores cerebrales, el cáncer más frecuente en niños hasta los caute años y la principal causa de muerte por cáncer en esta edad y hace que estemos abocados a la ignorancia y la desesperanza”.
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