El local il Taroncello respondió con ironía a la propuesta de un influencer que ofrecía stories y reels a cambio de una comida gratis para su familia, generando un amplio debate en redes
En los últimos tiempos se ha popularizado entre algunos influencers la práctica de solicitar servicios o productos gratuitos a cambio de promoción en redes sociales. Si bien puede suponer un trato beneficioso para ambas partes, la línea entre colaboración y aprovechamiento abusivo muchas veces se difumina. Un ejemplo reciente lo ha revelado el camarero y creador de contenido Jesús Soriano a través de su cuenta @SoyCamarero, que expone un caso ocurrido en Alzira en el que un usuario intentó acceder a una comida familiar gratis en un restaurante italiano a cambio de stories y reels promocionales.
Oferta polémica
El incidente tuvo lugar en il Taroncello, un restaurante de comida italiana del municipio de Alzira. Según las capturas compartidas por Soriano, un usuario contactó con el local proponiendo: “Podemos ir a comer un día en familia y a cambio haría stories y reels para que os conozcan mis seguidores. ¿Qué os parece?”. Ante la petición, la pizzería respondió con naturalidad: “¿Te paso los precios de la carta?”, poniendo en evidencia el carácter comercial de su negocio.
La respuesta, aparentemente inocente, generó un intenso debate en redes sociales. Por un lado, algunos usuarios defendieron la iniciativa, señalando que los influencers ofrecen visibilidad y tráfico a los establecimientos. Otros, en cambio, consideraron que pedir comida gratis a cambio de unos cuantos ‘stories’ menosprecia el valor real del trabajo –tanto del restaurante como del creador de contenido– y puede perjudicar la relación entre clientes, marcas y creadores digitales.
Reacciones en redes
Jesús Soriano, camarero profesional con amplia experiencia en hostelería, aprovechó su repercusión digital para señalar el contexto laboral y social de la profesión. En su hilo, destacó que muchos restaurantes operan con márgenes ajustados y que los trabajadores afrontan horarios intensos. A través de su testimonio, Soriano recordó que detrás de cada comida hay horas de preparación, personal y costes que no se reducen a una mera transacción por exposición mediática.
Este caso pone de manifiesto la persistente falta de comprensión sobre el valor real de los servicios, ya sea en hostelería, moda, belleza u otros sectores. Si bien los influencers marcan tendencia, no siempre son conscientes del esfuerzo empresarial ni de las condiciones económicas de quien les atiende. Además, Soriano subrayó la importancia de mantener buenas prácticas en las colaboraciones, basadas en el diálogo, el acuerdo recíproco y el respeto.
Una reflexión
El debate ha generado una reflexión más amplia: ¿deben los influencers asumir un coste simbólico o asegurar la cobertura de los gastos del establecimiento al proponer promociones? ¿o debería existir una regulación tácita que establezca estándares mínimos para patrocinios y colaboraciones en hostelería?
En el entorno digital, donde la visibilidad lo es casi todo, ganar seguidores y crear contenido de calidad tiene valor, pero también implica responsabilidad. El resto de la comunidad en redes sociales ha respaldado la postura de Soriano, animando a los establecimientos a valorar adecuadamente sus servicios y a defender su base de costes. Al final, se trata de mantener una relación justa y profesional entre creadores de contenido y negocios tradicionales.
Me encanta la respuesta del restaurante 🤣 pic.twitter.com/kvOSAuFgPQ
— Soy Camarero (@soycamarero) July 7, 2025
Aunque estas peticiones no son nuevas, sí se han intensificado con la proliferación de plataformas como TikTok, Instagram y YouTube, donde los influencers emergen rápidamente. El caso de Alzira recuerda que tanto creadores como establecimientos deben negociar de manera transparente, reconociendo el valor real de cada parte. Solo así se evitarán malentendidos, expectativas incumplidas o el aprovechamiento de bambalinas que perjudique la imagen y la economía de profesionales y emprendedores.
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