Resbaló al tirar de una maroma y un golpe en la cabeza le hizo caer al mar
Un trágico suceso ha sacudido este miércoles a la pedanía del Perelló, en el término municipal de Sueca (Ribera Baixa), donde un hombre de 66 años ha perdido la vida tras caer al agua en las inmediaciones del pantalán del club náutico local. La víctima, muy conocida en la zona por su vinculación al mar, fue encontrada flotando por un grupo de jóvenes que, al advertir la escena, intentaron auxiliarle sin éxito. Pese a la rápida intervención de los servicios de emergencia, nada se pudo hacer por salvarle la vida.
Un accidente en plena faena
Según ha trascendido, el hombre, vecino del Perelló, había comunicado a su familia que saldría a coger cangrejos, una actividad que practicaba con frecuencia dada su experiencia en tareas marítimas. De hecho, había trabajado en el propio club náutico, realizando labores de mantenimiento y reparaciones de motores de embarcaciones. Su presencia habitual en el entorno del puerto hacía que fuera una figura muy reconocida entre usuarios y trabajadores del lugar.
Las primeras hipótesis apuntan a un accidente fortuito: al parecer, el hombre se encontraba tirando de una maroma para acercar una embarcación al pantalán cuando resbaló, golpeándose la cabeza antes de caer al agua. Esa es, por el momento, la teoría principal que maneja la Guardia Civil, aunque será la autopsia la que determine de forma definitiva la causa de la muerte.
El suceso tuvo lugar en torno a las 15.00 horas. Varios testigos que se encontraban en la zona alertaron a los servicios de emergencia tras ver el cuerpo flotando. Un grupo de jóvenes logró arrastrarlo hasta la orilla, pero los intentos de reanimación fueron infructuosos. A la zona se desplazaron medios sanitarios, agentes de la Policía Local de Sueca y efectivos de la Guardia Civil, incluyendo miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), encargados de extraer el cuerpo del agua.
Consternación en la comunidad
La muerte del vecino ha causado una profunda conmoción en el Perelló, especialmente entre quienes frecuentan el entorno del club náutico, donde la víctima era bien conocida. Tanto trabajadores como usuarios habituales han lamentado su pérdida, recordando su cercanía con el mar y su trayectoria profesional ligada al mantenimiento de embarcaciones. La noticia se propagó rápidamente entre los residentes de la pedanía, que han mostrado su pesar por lo ocurrido.
En paralelo, la Guardia Civil ha acordonado la zona del pantalán donde se produjo el accidente y ha abierto diligencias para esclarecer todos los detalles del suceso. Aunque la teoría del resbalón y el golpe en la cabeza cobra fuerza, no se descarta que pudiera haber sufrido previamente algún problema de salud que propiciara la caída. Varios bañistas y paseantes comentaron a los agentes que el hombre se encontraba pescando momentos antes del incidente, lo que refuerza la idea de que el hecho ocurrió mientras realizaba una actividad habitual.
Este tipo de sucesos, aunque poco frecuentes, recuerdan los riesgos que puede implicar el entorno marítimo incluso para personas experimentadas. Las labores de atraque, manipulación de cabos o incluso la simple pesca en zonas de roca o muelles requieren siempre de precaución, especialmente en edades avanzadas.
¿Y ahora qué?
Desde el club náutico no han emitido un comunicado oficial, pero sí han expresado su pesar entre los presentes y han mostrado su disposición a colaborar con la investigación abierta por la Guardia Civil. La zona del pantalán ha sido acordonada durante varias horas para facilitar la intervención de los agentes, que también han tomado declaración a testigos y personas cercanas.
Mientras tanto, se espera que el Instituto de Medicina Legal practique la autopsia en las próximas horas. Solo a partir de ese informe se podrá establecer con claridad si el golpe fue la causa directa del fallecimiento o si hubo algún episodio médico previo, como un desvanecimiento o infarto, que precipitara la caída.
La tragedia ha dejado un vacío entre quienes compartían tiempo y tareas con el fallecido. Su figura era habitual no solo en el puerto, sino también en otros espacios del Perelló donde se relacionaba con vecinos y visitantes. Su fallecimiento marca una jornada negra para esta pedanía costera, tan ligada históricamente a la actividad marítima.
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